martes, 10 de noviembre de 2009

La manipulación de la identidad

Si salen de paseo por nuestro pueblo y entran en algunos negocios a comprar se pueden encontrar con una revista gratuita del norte muy interesante. Me la encuentro cada mes o cada dos meses, no controlo bien, en la farmacia y se llama Tangentes.
Hay un señor que escribe en ella cada edición que se llama Damián Marrero Real, que me gusta mucho leerlo porque pienso que escribe siempre cosas interesantes.
Quiero reproducir aquí su último escrito, espero que no se moleste por ello, pero me parece que describe bien lo que está pasando en nuestras islas. Cuando lo lean lo entenderán.
USOS Y ABUSOS DE LA IDENTIDAD
por Damián Marrero Real.
Hay que ponerse una etiqueta con el fin de ser computables en términos de intención de voto, números de socios, militantes o simpatizantes... Hay que sacar la bandera a pasear, gritar las excelencias del equipo, el partido o el pueblo que me vio nacer. Y hay que hacerlo, si es posible, contra aquellos que sacan otra bandera, son de otro equipo o los del pueblo de al lado... Contra los equivocados, contra los que nos oprimen, contra los malos en definitiva... Si quieres mantener unida a la peña no hay nada mejor que inventarse un enemigo.
Hay una vuelta a la microidentidad, al provincianismo, como diría alguno. Para el sociólogo francés M. Maffesoli se trata de un nuevo "tiempo de las tribus", de la vuelta al pequeño grupo, del fin del sueño cosmopolita... Los nacionalismos son la expresión más reciente de este proceso. Las nuevas y emergentes élites locales reclaman su parte del pastel. El problema es que apelar a la identidad es algo verdaderamente peligroso porque reduce la política al ámbito de las emociones y los sentimientos. Quienes juegan a esto no dudan en reinventar los hechos desde la pura conveniencia. Configuran un nosotros despojado y ultrajado a manos de un ellos culpables de todos los males... Recalan en el victimismo, en el agravio permanente, en la cínica moral de los agraviados. Inventa un pasado feliz en el que ese nosotros vivía con total plenitud hasta la llegada de los otros. Prometen un nuevo paraíso en la tierra una vez que desaparezca todo aquello que impide que la propia identidad nuestra se imponga a cualquier otra. Ni qué decir tiene que de aquí al fascismo va sólo un paso. Es por eso que me parece fundamental, en estos tiempos que corren, alertar de esta tendencia que algunos consideran natural.
En este mundo evolucionado sería más propio evolucionar hacia identidades mestizas, amplias, abiertas. sabemos que hoy en día los problemas son globales (cambio climático, guerras...) y requieren también soluciones globales. Estamos interconectados en tiempo real con cualquier parte del planeta. Participamos de estructuras políticas y económicas que han supuesto un indudable avance y ahn contribuído a un mejor entendimiento entre los estados: Unión Europea, UNESCO, ONU... Sin embargo, se percibe un preocupante repliegue a lo particular, lo diferencial, verdaderamente empobrecedor.
La diversidad cultural, lingüística y étnica es un patrimonio de toda la humanidad que hay que preservar. Hay que luchar contra la uniformización cultural que imponen sobre todo los medios de comunicación. Pero de esto a pensar que la cultura, la lengua o la etnia son el sujeto político natural hay un enorme trecho. Recuerden que había quién hablaba del RH de un pueblo para justificar su lucha por la independencia... Puede entenderse que una colectividad proponga que la independencia política es una vía de mejora de su calidad de vida, de optimización de sus recursos o de mayor eficacia administrativa... Pero sustentar esa aspiración en el acento, la boina o la manta esperancera lleva la cuestión a las arenas movedizas de lo identitario. Y esto lo que genera al final es exclusión, conflicto y violencia. Frente a tantos cantos de sirena que los halagan los oídos lo mejor es acudir a la Historia con mayúscula y no tropezar una y mil veces en la misma piedra. Sobre todo, porque siempre será más lo que nos une que lo que nos separa.

2 comentarios:

  1. Cuanta razón tiene Damián, cuanta claridad de ideas y que bien lo expresa, pero además, cuanto ignorante e interesado solo en el poder, está manipulando las pobres conciencias del pueblo con sentimientos aparentemente nacionalistas, independentistas o de identidad.
    Por cierto Damián Marrero fue durante algunos años Vicedirector de nuestro instituto de San Juan de la Rambla y creo que la comunidad escolar guarda un agradecido recuerdo de su paso por el pueblo.

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  2. Si, es cierto, Damián fue vicedirector del instituto. Pero no toda la comunidad escolar aprecia la ingente tarea que desarrolló. Hace no mucho tiempo Damián estuvo por el Centro y el equipo directivo se escondió por no saludarlo. Buenos tiempos aquellos, que recordamos con cariño los alumnos, y malos estos donde la directiva parece obedecer a otros intereses más políticos, distintos de los que tiene el pueblo y los alumnos. Desde aquí el agradecimiento de un alumno por todo lo que Damián nos aportó en su época en el instituto.

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